
Durante décadas, productos como la cinta adhesiva Scotch® o la esponja Scotch-Brite™ nos han acompañado a millones de personas en nuestros hogares, oficinas y escuelas como un producto simple y fácil de usar, sin detenernos a pensar en las décadas de investigación científica, ingeniería de materiales y el compromiso con el medio ambiente que hay detrás de ellos.
Hoy, al conmemorar los 100 años de la marca Scotch®, celebramos no solo una historia de permanencia, sino un enfoque continuo hacia la evolución responsable. La cinta Scotch® ahora integra materiales de origen vegetal, su dispensador es reutilizable y su empaque completamente libre de plástico. De igual manera, la clásica esponja verde y amarilla ha sido rediseñada para ofrecer mayor durabilidad, mejor rendimiento y estar fabricada con fibras recicladas y materiales naturales, sin sacrificar calidad ni desempeño. Estos avances son parte de una visión clara: llevar la ciencia a donde realmente importa.
En México, donde los desafíos sociales, económicos y ambientales son complejos, la innovación debe ser útil, tangible y relevante para las personas. Es aquí donde nuestra ciencia cobra vida, adaptándose a las necesidades locales con soluciones accesibles, confiables y duraderas.
Sabemos que los consumidores actuales valoran algo más que la funcionalidad. Esperan productos que reflejen sus principios, que generen confianza y que contribuyan positivamente al entorno en el que viven. Nuestro compromiso con el medio ambiente se manifiesta en acciones concretas: desde procesos de manufactura más limpios hasta iniciativas que reducen el uso de materiales de un solo uso y promueven el aprovechamiento de recursos renovables.
Además, en línea con nuestro pilar estratégico de Energía, trabajamos para impulsar soluciones que ayuden a optimizar el uso energético en todas las etapas del ciclo de vida del producto. Desde la eficiencia en la producción hasta el diseño de productos que requieren menos recursos para su uso y disposición, la energía es un componente clave en nuestra visión de innovación responsable.
La ciencia, bien aplicada, puede transformar lo cotidiano. Puede hacernos la vida más sencilla, más segura y más conectada con lo que realmente importa. Y cuando esa transformación se construye sobre la base de la confianza, la durabilidad y la responsabilidad, se convierte en algo más que innovación: se convierte en legado.